Al otro
lado,
con las
pieles sumergidas en escarcha
con la
misma tierra entre los dedos,
con el mismo
barro
bebiéndonos
el monótono aire viciado
Al otro
lado,
en el
anverso del muro
vigilando
las respiraciones,
contando
pasos y cicatrices,
rellenando
formularios de sueños
mientras
en los huecos del muro gritan las flores.
Al otro
lado,
con las
otras rejas
sombras
que deambulan en un cuadrado,
corazones
con pinchos empetados,
sangre
ausente de chinazos pasados
y el
patio plagado de miles de mariposas secas
Al otro
lado,
suenan
unos pasos, mis pasos
la
pisada del funcionario.
Mañana
volveremos a encontrarnos
en la
otra cara de las rejas,
en las
mismas puertas ciegas.
Los
chabolos se cierran
los
cuerpos duermen
las
almas vuelan
y la
luna se refleja en el patio.
Al otro
lado, en el mismo lado,
con el
reloj devorando los días
hasta
que el viento nos lleve a otro lugar.