Marchamos y así no nos derretimos

tienen las manos llenas de azúcar

la piel repleta de escarcha

la boca pintada de flores

y los ojos nuevos

por eso dibujan nuevos paisajes

colorean de nuevo las nubes.

son los que rompen la primavera

los que traen la lluvia bajo la almohada

son los que antes eran nadie y ahora son todo

son música y letra

son la espina clavada, la llaga lenta

son las nuevas palabras en los mismos labios

su casa no tiene puertas

su techo no tiene ventanas ni estrellas

por eso marchan con pasos de barro

con la sal entre los dedos

y nunca bajan la persiana

para que no llueva

para que no sangre

en sus dientes sólo tienen miga de pan,

ya no queda corteza

no olvidan que el hambre es como la arena

te entierra,

no olvidan que mientras su estómago ruge

hay corbatas y trajes

quedándose con todas la tierra

algunos dicen que su marcha no tiene lugar

que sus pasos no encuentran camino,

pero ya empezaron a andar

y no pararan hasta alcanzar su destino,

hasta los surcos del horizonte

hasta los precipicios

donde se abaten todas las derrotas.

Algunos dicen que su marcha no duele

que su marcha se derretirá en el asfalto,

pero ya empezaron a soltar las amarras

porque si no marchan se derriten

como helados en el Sáhara.

voces del muro 14

Nos abrazábamos sedientos.

Habíamos creado algo nuevo

y a veces nos sentíamos desierto

con los dedos llenos de arena,

entonces

nos abrazábamos sedientos

y las puertas se abrían

huyendo la tormenta.

Llegó y me regaló tiempo.

Iratxe

llegó un día y se agarro a mi estómago.

Iratxe

me entregaba palabras grandes

y susurros de viento

y caracolas en servilletas de papel,

abría todas las primaveras

dejaba mi almohada llena de sueños

y me traía a la luna entre sus dientes.

Iratxe

llegó y me regaló tiempo.

Que mal soñábamos

Que mal soñábamos

Soñábamos a tragos

Y por eso

Teníamos sed o resaca.

No hay nadie como yo.

No hay nadie como yo

proclamabas al viento

y el cielo se colmaba

de caricias digitales.

No hay nadie como yo

le murmuraste a la luna

y nuestras manos plagadas de primavera

se agarraban en un abrazo perfecto.

No hay nadie como yo

y desenterrábamos nuestros labios

para comernos a besos.

Esperando a que se abra el suelo

mujeres sujetando la pared

mientras llueven sueños

que quedan atrapados como moscas

en telarañas de tiempo.

Miniatura 26

Nacimos para robarnos las rosas de los labios.

Nadie sabía que tus ojos

se habían agarrado a mi estómago,

sólo tu mi niña

y con ese secreto habríamos la luz

y dejábamos que la primavera

viviera entre nuestros corazones recién paridos.

Construíamos nuestros besos

como el arquitecto redacta edificios sin techo,

intentando acercarnos al cielo.

Nacimos para robarnos las rosas de los labios.

voces del muro 13

Como dos gotas de agua.

Éramos como dos gotas de agua

como la misma estrella en una noche rota

como el mismo sorbo de cerveza,

por eso nuestros labios eran raíces de cielo

y nuestros besos auroras.

Se llamaba Iratxe

Se llamaba Iratxe, que puedo decir de su piel blanca de estrellas, de sus cabellos enredados como olas de plata y de su rebeldía agarrada a la nariz como cometas de fuego.

La quise y luego la ame, porque amar es algo más grande, es cuando los latidos no te caben en el pecho.

Me hizo descubrir tantas cosas que parecía alguien nuevo, me hizo entender  lo que es amar en silencio con el corazón siempre abierto, conocer el sabor de las ausencias, soñar a través de sus sueños, reír en sus sonrisas y atravesar sus páramos, beberme sus desiertos.

A veces la amaba tanto que la levantaba hacia al cielo y ambos juntos veíamos nuestras estrellas. Y al volver a tocar el suelo éramos más jóvenes, estábamos llenos.

Te amo mi niña la decía y el mundo se detenía , cogía aliento y luego continuaba devorando las horas.

Te amo mi niña y ella me miraba con sus ojos nuevos.

voces del muro 12

Desde lo alto de la ola.

Mientras las marejadas peinaban la arena

y la luna devoraba los alacranes nocturnos,

nuestras lenguas se entrelazaban

ansiosas de mar y de cerezas

y desde ese momento, nuestros corazones,

gritaban desde lo alto de la ola.

Nuestro amor tiembla.

En sus labios viven todos los mundos

y en su rostro habitan las estrellas,

por eso nuestro amor tiembla

porque está colgado del cielo.

Nos queremos tanto

que la ausencia nos deja cara de acelga.

Mi amor se abre como una flor

Mi amor se abre como una flor

sobre tu almohada pausada,

mi amor bebe de la humedad de tus labios

y se esconde entre tus piernas

mientras tu sexo se despereza,

mi amor danza entre el oasis de tu piel

hasta que el pozo se seca

y nuestras lenguas yacen en la plenitud del alba.

Por el camino de tierra.

Por el camino de tierra

con el corazón atravesado por hierbas salvajes

con los sueños en la punta de los labios,

mis pasos azules y libres de polvo

mi amor en la otra esquina del mundo.

Por el camino de tierra

te vas

y yo te espero

con los ojos incandescentes.

Como un río sin cauce.

Cada vez que una ola

se acuesta en la playa,

cada vez que la luna

se deja parte de sus escamas en la arena,

cada vez que el mundo late

devorando las pausas del reloj,

mi amor se desborda

como un río sin cauce. 

Miniatura 24

Siempre a mi lado.

te recuerdo mi niña

como una luna azul

como el espejo de mis labios

como arena que se escapa entre los dedos

mientras las olas nos desnudan,

te recuerdo mi niña

entre revoluciones que acaban en agua

con la alegría aferrada a los dientes

con la derrota escurriéndose

entre abrazos perfectos,

te recuerdo mi niña

siempre a mi lado.

voces del muro 11

Con los corazones nuevos.

Volvimos a los mismos lugares

con los corazones nuevos

y allí

frente a la estatua del viejo conquistador

nos comíamos los ojos

nos devoramos los labios

gota a gota

adoquín a adoquín

y luego

subimos por estrechas veredas

que lamían antiguas paredes

con las manos fundidas

y los alientos entrelazados

y vimos

castillos austeros

con diminutas ventanas

paisajes eternos

plagados de verde primavera

y al final

regresamos a la plaza

donde todo empezó

con las almas  desnudas

con las pieles solidificadas

y ya supimos

que nunca nos podríamos olvidar

Así comenzaban las horas.

Mientras el día amanecía en la instancia

nuestros cuerpos danzaban desnudos

y así comenzaban las horas

con el amor prendido en la punta de nuestras lenguas.

Todo era como el sueño de un poeta.

Sus pechos aullaban bajo las telas

mis manos eran sombras de huellas,

la luna se mostraba con cautela

expandiendo en los adoquines su alfombra.

Y sobre las calles quietas, un amor por entregas,

unía nuestras manos fuera de los ojos de la plaza.

Todo era como el sueño de un poeta

todo estaba en los labios de ella.

Cajitas.

Teníamos el amor guardado

en pequeñas cajitas,

allí andaba muy comprimido,

encogido,

por eso cuando las abríamos

el día se llenaba de escarcha.

Mi niña

Mi niña

tiene los huesos llenos de viento

y todas las mañanas me despeina,

mi niña

tiene la rebeldía atravesada en la nariz

por eso su oxigeno sabe a fuego y barricadas,

mi niña

tiene besos que saben a papel

y palabras que son versos de azúcar,

mi niña

tiene todos los relojes del mundo

por eso cuando estoy frente a sus ojos

el mundo se para

y el tiempo se derrite como mermelada,

mi niña

lo tiene todo

y yo,

ya no necesito nada.

Poeta.

Quisiste guardar el mar 

en un tarro de cristal

y ahora sólo tienes

las manos húmedas,

quisiste guardarte las nubes

en el bolsillo de atrás

y tu piel se lleno de viento,

quisiste soñar:

cielo azul, prado verde, manto de flores

y la primavera se escondió

en alguna de sus esquinas.

Quisiste cambiar el mundo

y al final te quedaste en poeta

con las manos plenas de palabras.

Miniatura 23

Voces del muro 10.

Voces del muro 9.

Podíamos comernos los ojos durante horas.

Podíamos comernos los ojos durante horas

escucharnos hasta el último confín de las palabras

y parar el reloj limpiando de llantos la tierra,

luego nuestros corazones regresaban a alta mar

con el amor en la palma de la mano del otro.

Quiero dormir el sueño de tu almohada

Quiero dormir el sueño de tu almohada

quiero dormir alojado en la rebeldía de tu vientre

alejarme del calvario de tu ausencia

y dibujar en un cuaderno en blanco

nuestra expedición al sur azul

con la boca húmeda y el corazón galopando.

Miniatura 22

A asaltar las calles.

A asaltar las calles

a expulsar nuestro esperma

a pintar corazones en las paredes

a comernos a los cocodrilos y sus lágrimas

a vaciarnos por fuera para llenarnos por dentro.

A asaltar las calles

a embestir el cielo

a golpear las aceras

con revoluciones recién nacidas,

que los versos no sean cometas

que adornan el cielo,

que nuestras palabras llenen los cuadernos

que al final de cada frase habiten nuestros sueños.

A asaltar las calles

para luego poder seguir durmiendo.

Nos alimentábamos de besos.

Nos alimentábamos de besos

bebíamos el agua de nuestras lenguas

y nuestros vientres

estaban repletos de copos de azúcar.

El amor nos daba hambre

como si nuestros esqueletos

estuvieran desnudos de pan,

por eso nos devorábamos las bocas

para que nuestros cuerpos se saciaran.

Hacíamos el amor hasta que la luna nos bañaba.

Hacíamos el amor

sobre la arena fresca de la playa,

sobre la tenue alfombra de una toalla

y a veces éramos peces que se resbalan

otras sirenas de cabellos azules,

incluso fuimos náufragos entre las algas

o buques que dormitaban en la oscuridad

mientras el océano se desperezaba.

Hacíamos el amor

hasta que la luna nos bañaba.

Camino hacia el sur.

Un día cualquiera

no sé cómo, ni con que pretexto

salimos para el sur,

abrimos el balcón de nuestras certezas

y por la ventana penetro la luz azul.

Vivíamos,

con el agua acariciándonos los pies

con los cuerpos desnudos de sal

con la piel repleta de algas.

Dormíamos

con la sangre de nuestras venas en la boca

con la boca plagada de peces,

mientras la luna amanecía sobre la almohada.

A veces es un sueño,

a veces una realidad

que crece en la palma de nuestras manos.