luis perronegro

luis perronegro

domingo, 20 de marzo de 2016

caminábamos hacia la luna

Caminábamos hacia la luna
para comernos a trozos
sus destellos canos
y nos besábamos en cada huella,
cada paso era un crujir de lenguas.
A veces,
nos sacábamos los sexos del bolsillo
y dejábamos que nuestras bocas
fueran mariposas de agua
flotando en alta mar,
sobre el silencio desnudo
de nuestros cuerpos blancos.
Andábamos hacia la luna
para calentar su nieve clara,
lentamente, con los cuellos torcidos,
con la piel de cocodrilo
con la escarcha entre los dientes..
Caminábamos hacia la luna
y nunca llegábamos
por eso al levantarnos seguíamos andando,
beso a beso, cucharada a cucharada.

mi sed es cosa mía.

Mi sed es cosa mía
dijo el beduino al atravesar el desierto,
mis sueños son cosa mía
dijo el niño que no quiso romper los espejos,
mi deseo es cosa mía
dijo el amor que crecía entre las sábanas,
mi gozo es cosa mía
dijeron las palabras que saltaban del cuaderno
Y después se apagó el día
y las estrellas encendieron las candelas del aire
calentándonos la piel, amamantándonos la sangre.

sábado, 19 de marzo de 2016

la vida es un largo embrutecimiento

La vida es un largo embrutecimiento,
construido a conciencia,
con el mimetismo
que la costumbre dibuja en los espejos,
con los mismos labios azules
que amanecen a mar abierto.
La vida es un largo embrutecimiento,
llega un día que ya no te acuerdas del color de tus zapatos.

seamos uno.

Seamos grito en la niebla
ola del mismo océano.
Seamos el último náufrago sobre la tierra.
Seamos una sola mano
y una sola espina entre los dientes.
Seamos refugio de todos los desiertos.
Seamos la voz propia
y no el murmullo del televisor.
Seamos uña y carne
agua y besos.
Seamos un abrazo perenne
enganchémonos a la piel del otro.
Seamos uno
y cerremos todas las puertas abiertas.


domingo, 13 de marzo de 2016

la estación azul.

Con la llegada de la estación azul
los guijarros florecen en la nieve
y los pájaros abandonan las piedras
que nacían en sus alas.
Las alfombras verdes se llenan de aire,
de melodías y de ecos complacientes,
mientras el agua se duerme
en el horizonte que dibujan las crestas.
Con la llegada de la estación azul
la monotonía  se desvanece
y las lágrimas vuelven a la cuenca de los ojos.


Las cosas no son fáciles.

Las cosas no son fáciles,
nada que valga la pena lo es.
No es fácil un amor
que camina como un río,
sin paredes, ni pausas.
No es fácil vivir su ausencia
en la otra esquina del mundo
y no poder calcar su piel
en todos los instantes del día,
ni darla besos de agua
en todas las estrellas de su rostro
Las cosas no son fáciles , no,
aunque siempre hay ventanas azules
autopistas de cielo
por donde navegan sus ojos
y su voz toma la forma
y nuestras bocas se cruzan
y el reloj se duerme.

Hoy quiero hablar por todas las bocas muertas

Hoy quiero hablar por todas las bocas muertas
por los versos que murieron antes de nacer
por las palabras que dejaron sed en la garganta
por los inercias que nacen como las malas hierbas.

Vengo a deciros.
Que somos hielo y fuego.
Que nuestra rebeldía sólo será aire de invierno
hasta que nos juntemos,
peguemos nuestras almas con cemento
y seamos uno sólo
un único cuerpo, el mismo grito desgarrado.

domingo, 6 de marzo de 2016

Domingo desde las diez.

Domingo desde las diez.
El sol se come los escaparates
y a las aceras
regresan los esqueletos del sábado
mientras nos dejamos
nuestros cabellos azules
en los escaparates de tiempo.
Domingo desde las diez.
Nos bebemos el aire
mezclado con cerveza,
hablamos,                      
hasta que se nos caen los dientes
salvamos mundos, saltamos vallas,
y dejamos encendidas las farolas
antes de regresar a casa,
para que los fantasmas
nos vean las huellas.

Marchábamos y así no nos derretíamos.

Nacimos para robarnos las rosas de los labios
y dejarnos trozos de piel
clavados en los paisajes del cuerpo,
por eso cuando las nubes regresaban
por sus autopistas de cielo,
nosotros dejábamos que el aire
nos peinara los cabellos.

Marchábamos, despacio,
construyendo nuestro amor
en habitaciones desnudas,
con el vientre pleno,
vaciándonos el deseo
con besos de agua, con lenguas de fuego,
mordiéndole a la noche su techo de firmamento.

Marchábamos y así no nos derretíamos.


sábado, 5 de marzo de 2016

Buenos días revolución.

La revolución amanece con las aceras despeinadas.
Las papeleras vuelan como
mariposas a las que se les acaba el cielo.
Hay fuego donde en tiempos pasados había silencio
sudor donde antaño había huellas y manos.

La revolución moja el asfalto
como la lluvia en un día sediento,
dejándose las olas
en resacas hambrientas. Con todos los barcos hundiéndose.

Hay  mujeres que pintan labios en el asfalto

Alguien dibuja una línea
justo en el frente
y la revolución florece
junto al amasijo de lápices de colores
que comienzan a escribir un libro en blanco 

cabalgaba sobre mí.

Y cabalgaba sobre mí
mordiendo el aire
y sus cabellos eran
tormentas de arena
y sus ojos molinos de viento
que devoraban la carne.

Y cabalgaba sobre mí
con los labios plenos de azúcar,
con el alma inmortal
impregnada del deseo de la noche
con los cuerpos llenos de aceite y agua
derramando la vida
sobre las hechuras de un sol naciente.

Y cabalgaba sobre mí
hasta que nos dejábamos caer
sobre sábanas blancas
que nos devolvían  la arena de la playa
y un horizonte azul
de besos pálidos y durmientes.