como murmullos de aire
quebrando las costuras del
viento,
dejándonos huellas de agua
en el verde de los ojos,
con la grieta de los
cabellos
amenazadas por la
fotografía del último instante,
con los pañuelos llenos de
adioses
y la revolución en el
blanco de los dientes,
así nos comíamos el reloj
con los besos
siempre
en la punta de los labios
No hay comentarios:
Publicar un comentario